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domingo, 28 de septiembre de 2014

Historia de dos albinos: Salif Keita y la niña Rabiatou


La niña mueve continuamente sobre su cabeza el extremo de su velo. Parece querer esconder la cara pálida y los ojos que apenas conocen. O espantar las moscas, que esta mañana están especialmente pesadas. A finales de junio Rabiatou llevaba dos semanas rondando el hospital, el más importante de Bamako, la capital de Mali. "Y no la han querido tocar, ni curar, hasta ayer", protestaba Coumba Malakou mientras miraba a la cría, que solo emitía sonidos ininteligibles. Rabiatou Traoré es una anomalía blanquecina entre cuerpos oscuros, una negra albina. No poseer melanina (un pigmento que nos protege del sol y resulta básico para la visión) en África significa obtener una candidatura firme al cáncer de piel, pero también a sufrir discriminación y omertá. "Sienten que ella no forma parte, que es de otra raza", prosigue Malakou, presidenta de la Fundación Global Salif Keita, y esposa del famoso cantante albino de Malí. 

Bajo el velo que tapa su extrema delgadez, Rabiatou, que tiene 12 años, esconde una gran úlcera a la que, hasta hace unas horas, se pegaba la tela. Solo la presencia de Salif Keita, una autoridad en el país, consiguió que le pusieran unos vendajes sobre la herida de la cabeza y la ofreciesen analgésicos, ante el enfado de Malakou, quien no duda en utilizar el nombre del marido como salvoconducto.

Ser albino en el continente negro es mucho más que ver mal, tener el pelo blanco o soportar un elevadísimo riesgo de padecer tumores malignos de piel. En algunos países, como Malí, traen mala suerte, escupen a su paso e incluso, como dice Malakou, se apartan porque creen que esta disfunción genética es contagiosa. "Además, como suelen tener problemas de visión, es muy difícil que estudien", asegura. En Mali, con 14,5 millones de habitantes hay entre 6.000 y 10.000 albinos, según estimaciones de la Fundación Global Salif Keita.

Mutilaciones y sangrías.

En el este de África, la persecución es mayor. Y un ejemplo es Tanzania, donde, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, hay un albino por cada 1.500 nacimientos. Sus brujos decretaron hace unos años que estos negros pálidos traían buena suerte y que llevar un amuleto con alguna parte de su cuerpo (genitales, huesos, sangre) garantizaba fortuna. Así que se han producido asesinatos y hórridas mutilaciones, especialmente de niños, hasta el punto que el Gobierno prohibió la brujería, detuvo a decenas de brujos y nombró una diputada albina para luchar contra los ataques y la discriminación. Pero la persecución persiste.

Según el último informe de Naciones Unidas, fechado en 2013, se han producido 72 asesinatos en el país desde 2000. Pero no solo hay agresiones en Tanzania. Esto es lo que dice el documento literalmente: "Hasta la fecha, hemos recibido información de más de 200 casos de ataques rituales contra albinos en 15 países entre 2000 y 2013. Debido a la naturaleza secreta de los rituales de brujería y a la vulnerabilidad y estigmatización de los albinos, se cree que muchas agresiones no se han documentado o comunicado".

Rabiatou sufre ataques de dolor que la mantienen inquieta y que hacen que la madre, siempre con un gesto severo, se altere más. Sus horas transcurren tumbada en un rincón oscuro del amplio recinto del destartalado y viejo hospital Point G de Bamako. Una gestión de Coumba consigue una cama, apenas un jergón, en una sala llena de viejos somieres. Una visión que retrotrae a un siglo atrás.


En cuanto a los cuidados médicos, solo la presencia de las cámaras hace que el profesor Nouhoum Ongoiba, titular del Cirugía y Anatomía, reciba a la representante de la fundación en su despacho con aire acondicionado: "La niña tiene un tumor de piel, un melanoma, en la parte delantera y lateral de la cabeza", explica. "Tenemos que operarla, si está en condiciones de soportarlo, y ver hasta donde se extiende. Luego habría que intervenirla de nuevo para hacer una reconstrucción de la zona". La visita al anestesista, en un cuarto de paredes sucias pintado de azul, es deprimente. Rabiatou, pese a las palabras cariñosas en mandinga del médico, apenas habla. La báscula arroja un veredicto descorazonador: 30 kilogramos para una muchacha que sobrepasa el 1,60.

La niña se toca las uñas de los pies, decoradas con un esmalte oscuro. Ella y su madre viven en un pueblo lejano, sin sustento alguno porque el padre falleció y la mujer ha sido repudiada por alumbrar a una albina. La matriarca no dudó en viajar hasta Bamako y presentarse en el centro cultural que Salif Keita tiene en la capital.

"La fundación tiene censados a 3.000 albinos en Malí", dice la presidenta ejecutiva, que vive en Washington. El organismo tiene dos patas. "Una en Estados Unidos, donde se hace trabajo de lobby frente al Congreso y entidades internacionales como Naciones Unidas o la Unión Africana y otra en Malí, donde trabajamos directamente con los albinos, tratamos de atender sus necesidades primarias de salud, cuando padecen cáncer o algún problema similar También repartimos cremas protectoras, gafas de sol y sombreros". De hecho, Coumba acude a la cita con un tarro de filtro solar que se fabrica directamente en Malí, un país de gran pobreza. ¿Y cómo se financian? "Tenemos menos de 20.000 dólares en donaciones directas", responde la presidenta, que ha organizado una gira de Salif Keita en Estados Unidos y Canadá que comienza a finales de este mes de agosto.

Contento conmigo mismo

Yacouté Broullair es la imagen de la salud y la vitalidad, todo lo contrario que Rabiatou. Los albinos no suelen superar los 30 años de vida en África. Pero él será longevo, como Salif Keita, que ya tiene 64. El hombre, un artesano reconocido que proviene de Costa de Marfil, lija unas contraventanas cerca de su papá, como llama al cantante. Está a la sombra de un árbol cercano a la casa que Keita se ha construido en una isla en medio del río Níger, en Bamako. "Estoy contento conmigo mismo", dice, "y lo que vamos a hacer en la fundación es formar a los albinos". 


"Me encantaría que se encontrase una manera de prevenir el albinismo", dice, por su parte, Salif Keita, el albino negro más famoso del mundo, la voz de oro de África, sentado frente a una mesa que tiene la forma del continente y que ha sido tallada por Yacouté. 

"Aquí es difícil escapar al cáncer de piel. No hay infraestructuras, ni personal cualificado para tratar esta enfermedad. Ha habido una resolución de las Naciones Unidas que señala que el maltrato a los albinos debe de ser castigado. Nos falta declarar un día internacional del albinismo, si se tuviese mejorarían muchas cosas. Es difícil luchar contra cierta cultura, los sacrificios humanos perpetrados contra los albinos son culturales, pero con el tiempo la gente cambiará. En África, el 85% de la población es analfabeta".

El calvario de Rabiatou no ha terminado

Una visita a un centro de dermatología en Bamako confirmó que padece un cáncer de piel, pero determinó que dentro del país no existen los medios necesarios para operarla y que la pretensión del médico del hospital Point G de intervenirla era irresponsable. La fundación, según ha contado la presidenta mediante correo electrónico a principios de agosto, ha tramitado que sea admitida en algún hospital fuera de Malí. "Estamos pendientes de que un centro de Francia nos conteste. Un hospital de Costa de Marfil ha aceptado tratarla. Al mismo tiempo, hemos lanzado dos campañas para obtener fondos para su tratamiento. La trasladaremos en cuanto consigamos arreglar los papeles", dice la esposa de Salif Keita. "Además, otros cuatro albinos de la fundación necesitan ser evacuados".

Cuesta no quedarse pensando en como serán los días de Rabiatou, esperando, cargando además con su otra herida, la herida de la ignorancia ajena. La que hace que quienes se cruzan con ella en el hospital la miren como si fuese un fantasma.

Fuente: El Pais
Texto: Ana Alfageme
Fotos: GIANFRANCO TRIPODO

martes, 23 de septiembre de 2014

Niños de Congo juegan con ser pilotos en un aeropuerto abandonado


Sobre el ala de un avión vacío, un niño practica su flexión hacia atrás. Una multitud se ha reunido en la cabina, turnándose para jugar de capitán. Desde la perspectiva de una persona externa, el Aeropuerto Internacional de Goma (una vez un arsenal improvisado para las fuerzas armadas de la República Democrática del Congo) probablemente sea el último lugar donde esperarías encontrar un área de juegos improvisada.

Para los lugareños, tales dicotomías son típicas de una región que una vez se vio envuelta en conflictos. "Para mí, esto captura la experiencia del Congo", dice Michael Christopher Brown, un fotoperiodista que tomó las fotografías mientras cumplía una asignación para la revista Time. "Por un lado, este es un lugar que a menudo aparece en las noticias como un lugar horrible, porque ciertamente han sucedido cosas muy horribles ahí. Pero también ocurren cosas hermosas", dice.

Años de guerra y una erupción volcánica en 2002 (cuando la mayor parte de la ciudad y grandes áreas del aeropuerto quedaron cubiertas en lava) llevaron a que prácticamente se cerrara toda la actividad comercial en el lugar. Aunque el Aeropuerto de Goma básicamente cayó en desuso, los lugareños han utilizado los restos de rocas volcánicas (con las que muchos construyeron sus casas) y los aviones abandonados que salpican el lugar.

"Mientras estuve ahí, vi niños que entraban y salían de los aviones, recogiendo partes y hurgando los motores para llevarse los cables. Mi técnico, Horeb, dijo que luego vendían estos materiales en la calle para ser utilizados en otros productos. Un trozo de acero puede servir para una estufa, y los cables podrían utilizarse en otros aparatos eléctricos. Ahí, todo se recicla, de alguna manera".



Incluso los adultos usan su imaginación  

Aparte de cumplir con una función utilitaria, el Aeropuerto de Goma ha sido un tipo de Isla de Fantasía para los lugareños... los invita a soñar en grande, incluso si no cuentan con los medios suficientes.

Horeb recordó a un amigo que siempre había querido ser piloto. "Sus padres eran demasiado pobres y todas las escuelas eran costosas, así que no pudo aferrarse a ese sueño", le dijo Horeb a Brown.

Cuando el monte Nyirangongo hizo erupción, el amigo de Horeb fue uno de los cien lugareños que se apresuraron a mover los aviones antes de que fueran devorados por la inminente lava. Sin combustible, alimentos y pasajeros, fue fácil mover la nave.

El amigo de Horeb se apresuró al interior del avión para dirigirlo mientras los otros empujaban... durante un instante pudo vivir el sueño que nunca vio cumplirse. "Horeb dijo que la experiencia había sido estimulante para su amigo", recuerda Brown.

 'Estas imágenes son únicas'  


Brown estaba en Goma cuando los rebeldes del M23 le quitaron al gobierno congoleño el control de la ciudad. Aunque ellos eran quienes manejaban el sitio, dice, eso nunca impidió que los niños de la zona jugaran en los escombros. "Las tropas permitían que los niños caminaran sobre las alas. Si no iban a llegar aviones para llevar a cabo un entrenamiento militar, ellos permitían que los aldeanos pasaran por la pista de aterrizaje con agua y alimentos", recuerda. Sin embargo, a Brown no le dieron acceso al sitio.

Cuando los rebeldes salieron de la ciudad, hubo un corto período de tiempo en el que no había personal en el aeropuerto antes de que las fuerzas del gobierno congoleño (FARDC) llegaran. Brown aprovechó su oportunidad. "Realmente, estas imágenes son únicas, porque el acceso es tan difícil", dice.

"Vi esta breve ventana de oportunidad cuando no había nadie en el aeropuerto. Vi a los niños corriendo en el lugar y decidí intentarlo una vez más antes de que me sacaran. Esta vez, lo logré".

Desde esa primera visita, se ha levantado un muro alrededor del aeropuerto. "Luego de esa única tarde, no pudimos volver a entrar", recuerda. "Ahora que hay un muro, no estoy seguro si los niños pueden seguir entrando... no puedo verlos".

Fuente: CNN
Texto: Michael Christopher Brown
Fotos: Michael Christopher Brown/ Magnum Photos

jueves, 18 de septiembre de 2014

Malawi dejará de perseguir a los gays gracias a la ONU

Siempre que hablamos de la homosexualidad en países africanos nos encontramos con casos como el que nos viene a continuación con la diferencia, de que en esta ocasión, estamos hablando de un nuevo avance dentro de la república independiente del país.

Malawi es una de esas regiones africanas que ha sufrido de manera constante la represión y el castigo a la homosexualidad durante años pero ahora, tiempo después, parece que las cosas van a cambiar. La secretaria de Justicia y Fiscal General ha declarado al Comité de las Naciones Unidas que la población homosexual dejará de ser perseguida y reprimida por la policía del país y de esta manera, no se condenarán los actos homosexuales que en este sucedan.


Debemos saber que en Malawi la homosexualidad está condenada con hasta catorce años de cárcel y, sabiendo esto, nos acordamos de otros países africanos en los que esta sigue siendo despreciada. Sin embargo, en Malawi parece que todo puede ir avanzando, ya que con las novedades que manifiesta este comunicado estaremos ante un nuevo país africano que retira la persecución hasta la condena de los homosexuales.

En Malawi la sodomía y las relaciones “contra natura” están condenadas y se ha podido ver como muchos homosexuales han sufrido las consecuencias. Ciertamente el lesbianismo no estaba condenado como tal hasta que en febrero de 2011 este entró dentro de las relaciones con motivo de cárcel.

Con la nueva normativa que ahora mismo está siendo revisada sin duda, estamos ante un adelante gigantesco en el país de Malawi y sobre todo, ante una estupenda noticia para nuestros compañeros LGTB de esta zona de África.

Fuente: Sentidog

domingo, 14 de septiembre de 2014

Tanzania: tierra de safaris

Tanzania se ha convertido a lo largo de los últimos años en uno de los países por excelencia de los safaris africanos. Miles de viajeros llegan a estas tierras africanas con la intención de captar la imagen más insólita o de disfrutar de la fauna y la flora en plena naturaleza.


Las llanuras del Parque Nacional del Serengueti, las llanuras sin fin, como se deriva del nombre siring en lengua masai, componen el parque más extenso de toda Tanzania, que lo ha convertido en el más famoso entre los viajeros. Los turistas que llegan a este parque tienen la posibilidad de combinar la naturaleza exótica y virgen así como contemplar la fauna a lo largo de sus migraciones, especialmente las que cada año hacen miles de ñues, acompañados de cebras y gacelas.

Con una extensión de 13.000 kilómetros cuadrados, el Serengueti acoge desde hace años a los cinco grandes animales africanos el león, el leopardo, el elefante, el rinoceronte y el búfalo. El parque también es hogar de hienas, guepardos, cebras, aves rapaces y muchas otras especies.

Situado al norte del país, este parque se ha convertido en la joya de la naturaleza de Tanzania, con el cráter del Ngorongoro que con 8.288 kilómetros cuadrados de extensión es una zona protegida ubicada a 180 km al oeste de la ciudad de Arusha. Esta área  fue declarada zona de conservación en el año 1959 cuando se separó del Parque Nacional de Serengueti y se convirtió en Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1979. Con una profundidad de 600 metros, los distintos alojamientos se sitúan al borde del cráter


Tanzania se ha convertido a lo largo de los últimos años en una de las cunas de los safaris en el continente africano. Otro de los atractivos que el país ofrece al turista es el Parque Nacional del Lago Manyara, un espacio protegido en la región de Arusha. Se trata de una extensión de 330 km² de tierras áridas, bosques y un  lago de aguas alcalinas, que cubre hasta unos 240 km² durante la estación húmeda, y que casi llega a desaparecer en la época seca.

Lago Manyara es el único parque del norte dónde están permitidas salidas nocturnas en vehículos para poder contemplar el paisaje de noche. El visitante también puede acceder a esta zona en avioneta ya que a escasos metros de la entrada del parque se ubica una pista de aterrizaje. Las opciones de alojamiento permiten al visitante disfrutar de una estancia con todo tipo de comodidades al mismo tiempo que disfruta de los paisajes, la fauna y la flora de este entorno excepcional.


Otro de los destinos preferidos en los safaris de Tanzania es el Parque Nacional de Tarangire, el sexto parque más grande del país y conocido como el “jardín de los baobabs”, y la gran migración de animales procedentes del norte durante todo el año. Este parque se encuentra al sur de las grandes llanuras de sabana de las tierras Maasai y es uno de los espacios más sorprendentes para el turista.

sábado, 6 de septiembre de 2014

HWR denuncia abusos y extorsión policial a menores sin hogar en Uganda

Human Rigths Watch (HRW) denunció hoy que los menores sin hogar de las principales ciudades de Uganda están sufriendo constantes abusos físicos por parte de policías y funcionarios del Gobierno, que les extorsionan para conseguir dinero. Más de las mitad de los niños ugandeses menores de quince años viven en situación de pobreza, y un gran número de ellos, aunque no se tiene una cifra exacta, viven en la calle.

Según ha documentado HRW, la Policía maltrata a estos niños y niñas durante la noche, golpeándoles con porras y látigos para exigirles sobornos, o como simple "castigo por vagancia".


Los menores se ven obligados a conseguir dinero para evitar sufrir nuevas palizas o ser detenidos. En las celdas de las comisarías, los menores son encerrados con adultos, que en ocasiones abusan sexualmente de ellos, y quedan liberados cuando sobornan a un funcionario o hacen un trabajo forzado para ellos, asegura HRW.

Dado que los niños de la calle son a menudo los primeros sospechosos de algunos delitos como el robo, la Policía les arresta con frecuencia sin tener ningún indicio. "Las autoridades ugandesas deben proteger y ayudar a los niños sin hogar, no golpearlos o tirarlos en las cárceles con los adultos", dijo Maria Burnett, investigadora principal de HRW en África.

Según HRW, la comunidad internacional debería denunciar activamente estos abusos y establecer un sistema coordinado con autoridades y ONG para garantizar la protección infantil.

Fuente: Agencia EFE

martes, 2 de septiembre de 2014

Los recolectores marfileños de cacao prueban por primera vez el chocolate

El chocolate en Costa de Marfil es una delicatessen no apta para la mayoría de los bolsillos de los trabajadores africanos, cuyo salario no supera los 7 euros diarios. El chocolate, como lo conocemos, cuesta alrededor de 2 euros, lo que supone casi la mitad del suelo diario de uno de estos empleados, por lo que probarlo está al alcance de muy pocos.

Curiosamente este grupo de trabajadores de la plantación Alfonse en Costa de Marfil, llevan años trabajando en la recolecta de semillas de cacao, la materia prima del chocolate. Con lo que ganan al día tienen que alimentar a 14 miembros de su familia cada dia, por lo que nunca podían haberse permitido probar el resultado de su esfuerzo.

Este video muestra el primer momento en que un grupo de recolectores de cacao prueba y ve el chocolate por primera vez en su vida. "Nuestro invitado nos ha traido un regalo, las semillas secas del cacao son utilizadas por los blancos para hacer esto. Cógelo y pásalo. Se divide en cuadrados y se rompen para comerlos. Se llama chocolate", dice el capataz del grupo.




Sus reacciones no tienen precio. "Si soy sincero no se que es lo que los blancos hacen con mis semillas", dice un plantador marfileño. "He oido que lo usan como saborizante en las comidas, pero nunca lo he visto. No se aún si es verdad". Otro comenta que su padre le había comentado que lo usan para hacer vino.

Fuente: DESCONECTA

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Árbol Babobab de Madagascar (Foto de Viaje a Africa)

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