Encadenados en sus casas y sin esperanza sufren cientos de personas con enfermedades mentales en Ghana, ya que sus familiares no saben cómo ayudar o actuar y no encuentran otra alternativa, según la organización Human Rights Watch.
En los últimos años, Ghana ha tenido progresos en el cuidado de los derechos de las personas que presenten este tipo de discapacidades. En Julio, las autoridades de Salud Mental liberaron a más de una docena de personas que se encontraban encadenadas en el Campamento de Oración de Nyakumasi, en el centro del país.
“Han pasado cinco años desde la aprobación de la Ley de Salud Mental y es hora de que el gobierno invierta en servicios de salud mental para que las personas con discapacidades psicosociales puedan obtener el apoyo que desean, en vez de terminar con grilletes”, dijo el director ejecutivo de BasicNeeds Ghana,Peter Yaro.
Gracias a la presión internacional y nacional de diversos grupos, se ha estado luchando para lograr la prohibición del encadenamiento.
“Ellos representan a algunas de las personas más marginadas e invisibles en la sociedad y merecen la misma dignidad y respeto que cualquier otro ser humano”, concluyó Julian Eaton, asesor de Salud Mental.