Colegio de niñas gambianas
Un vuelo entre las Palmas de Gran Canaria conectaba la isla con el pequeño país africano de Gambia y Javier Blanco, gallego residente en Canarias, organizaba viajes turísticos. Un día, el director de un colegio de la aldea de Lamin, en el interior del país, paró el autobús en el que viajaban, les pidió que visitaran las instalaciones y fue entonces cuando cofundó Proyecto Gambia. "El colegio se caía aquello era deprimente, así que nos comprometimos a hacer un edificio de dos plantas", relata Blanco.
Ocho años después gracias a las donaciones de los turistas –a los que ellos prefieren llamar visitantes– y al compromiso de la asociación, el colegio está casi acabado con 380 niños matriculados este año. Para el próximo, se espera que sean 500.
Aunque la educación es gratuita en Gambia, los colegios públicos escasean y los privados –pertenecientes a otras asociaciones, muchas religiosas– cuestan más de lo que las familias pueden permitirse. En el centro Canarias Lamin, la cuota anual asciende a 17 euros y la matrícula, a siete. "Es lo único que pagan", explica Blanco, uno de los fundadores de la asociación que cuenta ahora con doce miembros y numerosos voluntarios que pasan temporadas en la zona.
Como el poblado es de etnia mandinga, las clases se dan en ese idioma, aunque el último curso (son ocho) se imparte en inglés. Ningún niño es expulsado por no pagar y ahora han admitido a 118 pequeños de forma gratuita: sus madres trabajan para la escuela y ellos pueden aprender a leer y a escribir.
Javier lo define como "un intercambio, así no tienen nada que agradecernos". La asociación no pide dinero sino que busca que la gente se comprometa con pequeños proyectos, aportaciones como la compra de una nevera por parte de un visitante, la adquisición de un ventilador por otro o el envío de material escolar.
En una ocasión, un holandés de 83 años donó 30.000 euros. "Todavía queda mucha gente buena en el mundo", asegura Javier, quien recalca que no quieren rotuladores de colores porque "usando lápiz y goma pueden reutilizar las libretas".
En www.infogambia.com, la asociación informa sobre las actividades y proyectos actuales y futuros como canalizar el agua de una fuente totalmente destrozada, a un pozo que se encuentra a 500 metros del colegio. Para esta iniciativa, ya cuentan con apoyo económico en un país donde la mano de obra es muy barata (un obrero gana tres euros al día).
"No es fácil organizar África", opina Blanco quien confiesa que los comienzos fueron duros. "Aquello era un circo. Ahora, señala, si los visitantes quieren ver el colegio tienen que pedirle permiso a un profesor. Se acabó sacar a los niños de clase".
Canarias Lamin, además, es el único colegio del país que tiene dispensario y un enfermero fijo para luchar contra la malaria, a enfermedad que más muertes causa en el país. Combatirla es posible con una inyección que sólo cuesta 1,20 euros, cuantía que muchas madres no pueden afrontar.
Fuente: Faro de Vigo
Texto: Ángela Liñares
Foto: Aldo Ruiz
No hay comentarios:
Publicar un comentario