Todos los fallecidos son miembros de las fuerzas de seguridad marfileñas, muertos a tiros en el oeste del país antes del inicio del recuento tras el cierre de las urnas. Los fallecimientos tuvieron lugar a la entrada de tres centros distintos de votación, rodeados de marfileños airados por haberseles prohibido la entrada a los colegios electorales.
Gbagbo
Ouattara
El jefe de campaña de Ouattara, Marcel Tanon, aseguró que "este bloqueo sistemático" es responsabilidad de los simpatizantes de Gbagbo y lleva teniendo lugar desde el principio de los comicios". La misma queja procede desde la campaña de Gbagbo, que acusa a los rebeldes del norte, todos afines a Ouattara, de impedir el voto de los partidarios del presidente.
Los partidarios de Gbagbo han insistido en acusar a Ouattara de ser un "extranjero" y el propio presidente ha asegurado que su rival es un "golpista" que pretende incitar a la rebelión. El ex primer ministro ha sido acusado de participar directamente en la revuelta de septiembre de 2002 y sus rivales han puesto siempre en duda la "marfilidad" de Ouattara, quien fue descartado en las elecciones presidenciales de 2000 debido a su "dudosa nacionalidad" marfileña.
Aplazamientos
En teoría, las elecciones presidenciales debieron celebrarse en 2005, cuando concluyó el primer mandato de Gbagbo, pero desde entonces sufrieron constantes aplazamientos, incluso después de resolverse el conflicto armado que sufrió el país entre 2002 y 2007 y que dividió a Costa de Marfil en dos bandos claramente delimitados geográficamente, entre el norte ocupado por los rebeldes y el sur en poder del Gobierno.
En el debate del pasado 25 de noviembre --el primero televisado en la historia del país--, con un tono mucho más calmado de lo habitual, Gbagbo y Ouattara se comprometieron a respetar los resultados de los comicios.
No obstante, a lo largo de la campaña la actitud de las dos partes ha seguido la tónica habitual de acusaciones y de enfrenamientos violentos, con palos y machetes, entre partidarios en Abidyán (capital comercial) y otras zonas del país.
Toque de queda
Costa de Marfil se encuentra bajo los efectos del toque de queda que rige desde el pasado 27 de noviembre, hasta el 3 de diciembre. Ésta ha sido la polémica respuesta del Gobierno a la violencia preelectoral, que ayer mismo se cobró la vida de tres personas en un barrio de Abidyán.
Se da la circunstancias de que estos tres fallecidos participaban en una manifestación convocada precisamente para oponerse al toque de queda, que fue reprimida por las fuerzas de seguridad con el uso de fuego real, tal como pudo comprobar el enviado especial de Radio France Internationale.
Aparte, el Gobierno ha desplegado hasta 2.000 soldados adicionales en todo el país. "El Ejército marfileño será inmisericorde con los que, al acecho desde las sombras, conspiren contra la paz", declaró a la prensa el jefe del Estado Mayor, el general Philippe Mangou, citado por la agencia humanitaria de noticias de la ONU, IRIN.
Tanto la antigua potencia colonial, Francia, como la Unión Europea han expresado su preocupación por el clima violento de la campaña electoral. El gran reto, según informó a IRIN un experto en seguridad, será que las bandas juveniles armadas de ambos bandos acepten los resultados finales.
De momento, los organismos internacionales han desplegado sus medidas para garantizar la credibilidad de las elecciones. El jefe de la Misión de la ONU en Costa de Marfil (UNOCI), Young Jin Chan, ha asegurado que será "difícil de imaginar" un fraude generalizado. Al respecto, destacó la reciente decisión de hacer públicos los resultados de forma progresiva en la misma tarde de la votación, a fin de envitar "especulaciones, rumores y dudas". Asimismo, las urnas de los colegios electorales de Abidyán y Bouaké (la capital del norte rebelde) fueron vigiladas y transportadas por la UNOCI.
En la primera vuelta de las presidenciales, celebrada el pasado 31 de octubre, Gbagbo consiguió el 38,3 por ciento de los votos y Ouattara (a quien todos conocen como ADO) obtuvo el 32,1 por ciento. En tercer lugar quedó el ex presidente Henri Konan Bédié, quien expresó sus "dudas" sobre la "credibilidad de los resultados".
Rivalidad personal y política
La distribución de votos en la primera vuelta estuvo claramente marcada por las vinculaciones étnicas de cada uno de los candidatos. Laurent Gbagbo ha tenido el apoyo de su etnia, los bété, del centro-oeste del país, y Alassane Ouattara ha conseguido sus apoyos entre los dioulas, los musulmanes del norte de Costa de Marfil.
No obstante, la creciente urbanización y la consiguiente mezcla de poblaciones han contribuido a reducir el impacto político de las diferencias étnicas en las ciudades, sobre todo en Abidyán, la ciudad más importante del país y que reúne al 30 por ciento de los votantes.
Ambos candidatos mantienen una fortísima rivalidad política y personal. Gbagbo, fundador del Frente Popular Marfileño, nunca ha perdonado a Ouattara que hubiera ordenado su encarcelamiento en 1992, cuando ADO era primer ministro bajo la presidencia del ex dictador militar y "padre de la independencia" Félix Houphouet-Boigny.
Asimismo, Gbagbo le acusa de haber inspirado e incluso financiado la rebelión que estalló en septiembre de 2002 en el norte del país. Por su paso, ADO ha denunciado en todo momento la "injusticia" de que fue objeto cuando se le privó de su derecho a presentarse a las elecciones.
Aplazamientos
En teoría, las elecciones presidenciales debieron celebrarse en 2005, cuando concluyó el primer mandato de Gbagbo, pero desde entonces sufrieron constantes aplazamientos, incluso después de resolverse el conflicto armado que sufrió el país entre 2002 y 2007 y que dividió a Costa de Marfil en dos bandos claramente delimitados geográficamente, entre el norte ocupado por los rebeldes y el sur en poder del Gobierno.
En el debate del pasado 25 de noviembre --el primero televisado en la historia del país--, con un tono mucho más calmado de lo habitual, Gbagbo y Ouattara se comprometieron a respetar los resultados de los comicios.
Primera vuelta
Toque de queda
Costa de Marfil se encuentra bajo los efectos del toque de queda que rige desde el pasado 27 de noviembre, hasta el 3 de diciembre. Ésta ha sido la polémica respuesta del Gobierno a la violencia preelectoral, que ayer mismo se cobró la vida de tres personas en un barrio de Abidyán.
Se da la circunstancias de que estos tres fallecidos participaban en una manifestación convocada precisamente para oponerse al toque de queda, que fue reprimida por las fuerzas de seguridad con el uso de fuego real, tal como pudo comprobar el enviado especial de Radio France Internationale.
Aparte, el Gobierno ha desplegado hasta 2.000 soldados adicionales en todo el país. "El Ejército marfileño será inmisericorde con los que, al acecho desde las sombras, conspiren contra la paz", declaró a la prensa el jefe del Estado Mayor, el general Philippe Mangou, citado por la agencia humanitaria de noticias de la ONU, IRIN.
Tanto la antigua potencia colonial, Francia, como la Unión Europea han expresado su preocupación por el clima violento de la campaña electoral. El gran reto, según informó a IRIN un experto en seguridad, será que las bandas juveniles armadas de ambos bandos acepten los resultados finales.
De momento, los organismos internacionales han desplegado sus medidas para garantizar la credibilidad de las elecciones. El jefe de la Misión de la ONU en Costa de Marfil (UNOCI), Young Jin Chan, ha asegurado que será "difícil de imaginar" un fraude generalizado. Al respecto, destacó la reciente decisión de hacer públicos los resultados de forma progresiva en la misma tarde de la votación, a fin de envitar "especulaciones, rumores y dudas". Asimismo, las urnas de los colegios electorales de Abidyán y Bouaké (la capital del norte rebelde) fueron vigiladas y transportadas por la UNOCI.
En la primera vuelta de las presidenciales, celebrada el pasado 31 de octubre, Gbagbo consiguió el 38,3 por ciento de los votos y Ouattara (a quien todos conocen como ADO) obtuvo el 32,1 por ciento. En tercer lugar quedó el ex presidente Henri Konan Bédié, quien expresó sus "dudas" sobre la "credibilidad de los resultados".
Rivalidad personal y política
La distribución de votos en la primera vuelta estuvo claramente marcada por las vinculaciones étnicas de cada uno de los candidatos. Laurent Gbagbo ha tenido el apoyo de su etnia, los bété, del centro-oeste del país, y Alassane Ouattara ha conseguido sus apoyos entre los dioulas, los musulmanes del norte de Costa de Marfil.
No obstante, la creciente urbanización y la consiguiente mezcla de poblaciones han contribuido a reducir el impacto político de las diferencias étnicas en las ciudades, sobre todo en Abidyán, la ciudad más importante del país y que reúne al 30 por ciento de los votantes.
Ambos candidatos mantienen una fortísima rivalidad política y personal. Gbagbo, fundador del Frente Popular Marfileño, nunca ha perdonado a Ouattara que hubiera ordenado su encarcelamiento en 1992, cuando ADO era primer ministro bajo la presidencia del ex dictador militar y "padre de la independencia" Félix Houphouet-Boigny.
Asimismo, Gbagbo le acusa de haber inspirado e incluso financiado la rebelión que estalló en septiembre de 2002 en el norte del país. Por su paso, ADO ha denunciado en todo momento la "injusticia" de que fue objeto cuando se le privó de su derecho a presentarse a las elecciones.
1 comentario:
Estoy de los nervios, ya... Los medios transmiten mucha inestabilidad...
Un abrazo.
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