Jane Mutale se desmarca del pelotón de cabeza, en el que también se encuentran destacadas Sandra Muyaba y Precious Kawinga. Las últimas confesiones de la favorita pueden haber contribuido a auparla a esa privilegiada posición. En el programa anterior aseguró que había sido una señora de su hogar hasta que las desavenencias conyugales la obligaron a abandonarlo portando un hijo de seis meses.
Para hallar cobijo y alimentar al bebé tuvo que acostarse, previo pago, con cuatro hombres en un corto periodo de tiempo. Este desgarrador testimonio fue expuesto en 'Ready for marriage', un 'reality' de la emisora zambiana 'Muvi TV' en el que compiten 18 exprostitutas dispuestas a cambiar de vida. ¿La clave para ganar? Demostrar que son las candidatas ideales al título de esposa perfecta. La mitad de los 9.000 dólares del primer premio alimenta una dote para el futuro matrimonio.
Para hallar cobijo y alimentar al bebé tuvo que acostarse, previo pago, con cuatro hombres en un corto periodo de tiempo. Este desgarrador testimonio fue expuesto en 'Ready for marriage', un 'reality' de la emisora zambiana 'Muvi TV' en el que compiten 18 exprostitutas dispuestas a cambiar de vida. ¿La clave para ganar? Demostrar que son las candidatas ideales al título de esposa perfecta. La mitad de los 9.000 dólares del primer premio alimenta una dote para el futuro matrimonio.
Mil aspirantes han optado a participar en la tercera edición de este concurso que se compromete a ayudar a aquellas que buscan otra vida, lejos de la calle y los bares de alterne. Las seleccionadas compiten por el favor del público que vota a su predilecta, todo un compendio de virtudes. «Una mujer que esté lista para el matrimonio es aquella capaz de llevar una casa, cuidar la familia, gestionar las finanzas del hogar y saber hacer inversiones», asegura su director, que no habla de las cualidades precisas para ser un marido a la altura de las circunstancias.
Ganen o no, encuentren esposo o sigan en su condición de madres solteras, situación mayoritaria entre las candidatas, 'Ready for marriage' se compromete a otorgar premios de consolación y a formar a todas para que, en ningún caso, vuelvan a su anterior ocupación. Cada entrega muestra los esfuerzos por dotarlas de habilidades de todo tipo.
Hay un episodio en el que se les conculcan maneras de protegerse del sida, mientras que en otro se las instruye en el procedimiento adecuado para ordenar su habitación, hacer una cama o limpiar los quemadores de una cocina eléctrica, tarea que les resulta tan novedosa que el juez falla negativamente en todos los casos.La convivencia ofrece otros aspectos más personales de las jóvenes, menores de 35 años. Aparecen charlas con familiares endomingados en los que se rememoran infancias de malos tratos, abandono de la escuela y novios que prometieron mucho y desaparecieron tan pronto fueron informados de su futura paternidad. También hay episodios de terapia colectiva.
Sexo o adicción
El aparente conservadurismo de una iniciativa que confía la rehabilitación de las prostitutas a su matrimonio resulta acorde con la realidad de una sociedad como la africana, anclada en el valor de la costumbre y la fe. Las comunidades suelen repudiar esta práctica. En muchos comentarios de los espectadores de 'Reality for marriage', el comercio sexual es abordado como si se tratara de una adicción. Un seguidor incluso llega a lamentar que se arriesgue toda la educación facilitada a las muchachas organizando una fiesta en la que beben cerveza.
El crecimiento urbano y el auge del turismo, favorecido por sus grandes reservas naturales, han propiciado una gran expansión de la oferta erótica, con especial incidencia del tráfico infantil, aunque la edad de la mayoría de las jóvenes que hace la calle oscila entre los 14 y 18 años. Su ejercicio es ilegal y está penado con una sanción de unos 20 dólares y treinta días de cárcel, aunque las meretrices se suelen quejar de la extorsión policial que sufren cuando son detenidas. El 70% de la población de Zambia permanece bajo el umbral de la pobreza. Tal es el caso de Jane, Sandra y Precious. Conseguir el mayor número de SMS las puede conducir a otro estatus, el de mujeres respetables, casadas y hacendosas.
Fuente: El Norte de Castilla
Hay un episodio en el que se les conculcan maneras de protegerse del sida, mientras que en otro se las instruye en el procedimiento adecuado para ordenar su habitación, hacer una cama o limpiar los quemadores de una cocina eléctrica, tarea que les resulta tan novedosa que el juez falla negativamente en todos los casos.La convivencia ofrece otros aspectos más personales de las jóvenes, menores de 35 años. Aparecen charlas con familiares endomingados en los que se rememoran infancias de malos tratos, abandono de la escuela y novios que prometieron mucho y desaparecieron tan pronto fueron informados de su futura paternidad. También hay episodios de terapia colectiva.
Sexo o adicción
El aparente conservadurismo de una iniciativa que confía la rehabilitación de las prostitutas a su matrimonio resulta acorde con la realidad de una sociedad como la africana, anclada en el valor de la costumbre y la fe. Las comunidades suelen repudiar esta práctica. En muchos comentarios de los espectadores de 'Reality for marriage', el comercio sexual es abordado como si se tratara de una adicción. Un seguidor incluso llega a lamentar que se arriesgue toda la educación facilitada a las muchachas organizando una fiesta en la que beben cerveza.
El crecimiento urbano y el auge del turismo, favorecido por sus grandes reservas naturales, han propiciado una gran expansión de la oferta erótica, con especial incidencia del tráfico infantil, aunque la edad de la mayoría de las jóvenes que hace la calle oscila entre los 14 y 18 años. Su ejercicio es ilegal y está penado con una sanción de unos 20 dólares y treinta días de cárcel, aunque las meretrices se suelen quejar de la extorsión policial que sufren cuando son detenidas. El 70% de la población de Zambia permanece bajo el umbral de la pobreza. Tal es el caso de Jane, Sandra y Precious. Conseguir el mayor número de SMS las puede conducir a otro estatus, el de mujeres respetables, casadas y hacendosas.
Fuente: El Norte de Castilla
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