Un lugar lleno de encantos, en el que se mezclan las culturas europea y marroquí, y donde cada etapa de la historia ha dejado su huella imborrable. Tánger ha atravesado intensos episodios históricos, fue territorio del protectorado español entre 1913 y 1956, ciudad internacional, territorio español durante el ´regimen franquista aprovechando la derrota de Francia en la II Guerra Mundial hasta que en 1956 Marruecos consiguió la independencia de Francia.
Tánger capital de la región, es el segundo centro industrial de Marruecos después de Casablanca, y uno de los lugares más atractivos para los turistas que llegan al norte de África procedentes de toda Europa pero principalmente de España y Francia. Conocida también como "la ciudad blanca" ubicada entre el Atlántico y el Mediterráneo, ofrece al visitante lugares imprescindibles como la medina, la plaza del Zoco Chico, el antiguo palacio de Mendoub, el museo de la antigua Legación Americana o el parque de Mendoubia, recorrer sus callejuelas o sentarse en uno de sus famosos cafés.
Ya a las afueras a unos 17 kilómetros de la ciudad, encontramos otro atractivo en dirección al Cabo Espartel las conocidas como "Cuevas de Hércules". Estas excavaciones invadidas por el agua durante la pleamar, presentan la forma de un mapa de África vuelto del revés. Con sus impresionantes colores entre el mar y el cilo, y las fuertes
corrientes del océano Atlántico, estas cuevas se han convertido en uno
de los primeros destinos turísticos de Tánger, no sólo por su valor
arqueológico sino también por las historias mitológicas que las rodean. Cuenta la leyenda que fue en ese lugar donde Hércules se retiró a descansar tras haber abierto el estrecho de Gibraltar y realizar sus doceaba labores, el robo de las manzanas de oro que se custodiaban en el jardín de las Hespérides y que consiguió llevar a cabo burlando el engaño que le tendió Atlas.
Con sus impresionantes colores entre el mar y el cilo, y las fuertes
corrientes del océano Atlántico, estas cuevas se han convertido en uno
de los primeros destinos turísticos de Tánger, no sólo por su valor
arqueológico sino también por las historias mitológicas que las rodean. El lugar fue refugio humano durante el Neolítico, hace 9.000 años, y quizá por eso se cuenta que en parte son fruto de la acción del hombre, conectándose con otras cuevas de la Península Ibérica, las Cuevas de San Michael en Gibraltar, pero ésto último solo es pura leyenda.
Este paraje natural de obligada visita turística cuenta justo antes de la entrada con y un aparcamiento al aire libre, también tienen dromedarios y burros para sacarse alguna foto, y donde el turista puede encontrar numerosos vendedores ambulantes de todo tipo de souvenirs, o restaurantes y hoteles. El turista paga una entrada simbolica a la gruta e incluso puede contratar una visita guiada.
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