Una simple intervención con escayola puede suponer la diferencia entre una vida en silla de ruedas con dolor o caminar como otros niños. Traumatólogos andaluces colaboran en Madagascar para corregir el pie zambo de decenas de pequeños; unos y otros protagonizan ahora una exposición fotográfica que puede verse estos días en Sevilla.
'Ayudándoles a caminar' recoge varias instantáneas del fotógrafo José Alfonso Torres a partir de la labor que los doctores Javier Downey (del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla) y Rafael Casielles (del Carlos Haya de Málaga) llevan a cabo en Madagascar, gracias a la colaboración de la Asociación Andaluza de Cooperación Sanitaria y el Servicio Andaluz de Salud.
Los especialistas han intervenido a 20 niños con pie zambo, una malformación que impide la marcha, causa mucho dolor y que, de no ser tratada a tiempo, les obligaría a desplazarse en silla de ruedas.
La muestra, que puede verse en el hospital sevillano, también recoge la formación a profesionales sanitarios malgaches para que puedan ser ellos mismos los que corrijan esta deformidad, que afecta a unos 120.000 niños al año en el mundo, el 80% de ellos en países en desarrollo.
El tratamiento más habitual para corregir el pie equinovaro es el llamado método Ponseti, que el propio Virgen del Rocío aplica a medio centenar de pacientes pediátricos cada año, con una tasa de corrección superior al 90%.
Corrección progresiva
Los especialistas recomiendan comenzar el tratamiento del pie equinovaro lo antes posible tras el nacimiento. Con varios enyesados y manipulaciones, se consigue enderezar los pies (con los que el recién nacido nace girados hacia dentro) sin necesidad de realizar una cirugía agresiva. La única intervención quirúrgica que exige es menor (la tenotomía, que persigue corregir el equino con un pequeño corte en el tendón de Aquiles), por lo que se suele realizar en las propias consultas, con anestesia local.
Durante unos dos meses, y con unos cinco u ocho enyesados progresivos, se logra ir corrigiendo la deformidad. Posteriormente, los niños llevan durante otros dos meses una férula, que convivirá con ellos por la noche hasta los cuatro años.
"La sencillez y el bajo coste de esta técnica hacen que sea el tratamiento de elección exportado a países con escasos recursos económicos y la esperanza para que los pequeños que padecen este problema puedan caminar lo antes posible", concluye el centro en una nota de prensa.
Fuente: El Mundo.es
Fotos: José Alfonso Torres
2 comentarios:
Muy buena noticia!!
Bicos!
A veces iniciativas tan sencillas como esta pueden tener una repercusión increible.
Fátima
Publicar un comentario