El ébola ha matado en los últimos años en África a un tercio de la población mundial de gorilas. "Las enfermedades infecciosas suponen una amenaza para la supervivencia de los grandes simios africanos: una amenaza equiparable a la caza furtiva y la pérdida de hábitat", escriben Peter Walsh, de la Universidad de Cambridge, y sus colaboradores en la revista 'Procedings of the National Academy of Sciences' ('PNAS'), donde presentan los resultados del exitoso ensayo en primates cautivos de una vacuna contra la fiebre hemorrágica que podría evitar muertes entre sus parientes salvajes
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Walsh y su equipo han probado una vacuna contra el ébola hecha a partir de fragmentos del virus. Es segura y capaz de provocar una respuesta inmutaria en chimpancés. Vacunaron a seis individuos con dos formulaciones diferentes, y ninguno mostró síntomas de la enfermedad ni alteraciones en el peso ni en las analíticas. Entre dos y cuatro semanas después de la primera inmunización, los investigadores detectaron anticuerpos contra el ébola en algunos ejemplares, y en todos dos semanas después de la segunda vacuna.
Los científicos no inocularon el virus del ébola a los chimpancés para no correr el riesgo de que enfermaran, pero probaron en ratones la efectividad de los anticuerpos desarrollados en los simios. El ébola es una enfermedad con una tasa de mortalidad del 90% en humanos y todavía mayor entre los grandes simios. El resultado de la transferencia de los anticuerpos a los roedores fue prometedor: la superviviencia de los ratones infectados con el virus aumentó de cero al 30% y el 60%, dependiendo de la formulación de la vacuna empleada.
"La comunidad de conservación de los simios ha sido durante mucho tiempo no intervencionista, tomando un enfoque 'Jardín del Edén' de la medicina moderna para animales salvajes, pero terminamos con el Edén destruyendo los hábitats y propagando enfermedades", ha dicho Walsh. Él y sus colaboradores plantean en 'PNAS' que se dé un giro hacia una política conservacionista pragmática que salve a estos animales "antes de que desaparezcan para siempre", y creen que la vacunación podría ser clave. En la actualidad, "la mitad de las muertes de chimpancés y gorilas que viven próximos a los humanos se deben a nuestro virus respiratorios. Para nosotros es un dolor de garganta; para ellos es la muerte".
Los autores advierten de que hay muchas vacunas experimentales seguras y efectivas que nunca llegarán a administrarse a humanos y que, sin embargo, protegerían a chimpancés y gorilas. Las vacunas 'huérfanas', dicen, pueden ser críticas en la lucha por la supervivencia de los simios salvajes. Para ello, hay que contar con chimpancés en cautividad en los que probarlas antes de usarlas en poblaciones libres.
El Servicio de Pesca y Fauna Silvestre de Estados Unidos estudia limitaciones legales que, en unos años, desembocarán en la prohibición total del uso de chimpancés para investigación. Los autores creen que debería seguir habiendo poblaciones cautivas de chimpancés, en 'condiciones humanas', con el único objetivo de probar en ellos vacunas dirigidas a la conservación de sus parientes salvajes.
Fuente: El Correo
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