El 28 de abril de 1993 el avión que transportaba a la mejor cosecha de jugadores de fútbol que nunca ha visto Zambia se precipitó en el océano Atlántico, frente a las costas de Gabón muriendo 18 futbolistas además de los entrenadores y el presidente de la Federación. No hubo ni un superviviente y aquella terrible tragedia ha marcado para siempre el deporte y la vida de ese pequeño país africano.
La calidad y las posibilidades de aquella generación truncada, en la que destacaban futbolistas como Charly Musonda, Johnson Bwalya o Kalusha Bwalya, quedó evidenciado en los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988, cuando Zambia goleó y humilló (4-0) a una Italia en la que militaban jugadores tan contrastados como Tassotti, Ferrara y Carnevale. Antes de esta soberbia actuación en Corea, los magníficos futbolistas zambianos ya habían dejado su tarjeta de visita en la Copa de África de 1974, donde jugaron la final y perdieron frente a Zaire (empataron a dos en el primer partido y cayeron 2-0 en el desempate).
Después de la tragedia y tras llorar y honrar a sus muertos, Zambia, liderado por Kalusha Bwalya, que no viajaba en el avión siniestrado por estar lesionado, aún tuvo arrestos para armar un equipo de circunstancias y plantarse en la final de la CAN de 1994, que perdió ante Nigeria.
Tras una prolongada sequía, Zambia volvió a la vida deportiva en Ghana 2008, donde no pasó de los cuartos, pero ahora en Angola los Chipolopolos (Balas de cobre) se han clasificado para la segunda ronda, en otra gran lección de superación deportiva. "Aquella generación es irrepetible pero la de ahora, con futbolistas como los hermanos Katongo, Rainford y Mulenga, está dando muestras de mucho carácter y justo es reconocer que nuestro juego ha mejorado mucho con respecto a 2008", afirma en su español-mexicano (jugó en cuatro equipos mexicanos), Kalusha Bwalya, ahora presidente de la federación.
Los signos de mejora los sufrió en su carnes Camerún, la selección que dio la puntilla a los zambianos en Ghana 2008, pero que sudó tinta para imponerse a Zambia en Lubango. "Nadie olvida aquello, pero Zambia está en vías de recuperarse de aquella tragedia y estar en semifinales es un premio extraordinario, vamos a disfrutarlo jugando mejor todavía" opina su entrenador el francés Herve Renard.
Fuente: Diario As
Texto: Paco Zamora
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