Mahasen Saber tardó cuatro años en conseguir el divorcio, después de decenas de visitas a los tribunales en las que conoció a otras mujeres en su misma situación, envueltas en pleitos para los que apenas contaban con el apoyo de sus familias. "Hablar sobre el divorcio de las mujeres en Egipto y, en general, en la sociedad árabe es aún un tabú", reconoce Saber, que se propuso hace medio año romper el silencio y poner voz a las divorciadas en Radio Motalakat (en árabe, "radio de las divorciadas").
En esta emisora, que emite a través de internet las 24 horas del día desde la casa de Saber, participan 23 personas, "entre mujeres, hombres y jóvenes que comparten una misma idea", explica Saber.
"Nuestra sociedad mira a las mujeres divorciadas como demonios y a los hombres como ángeles", denuncia esta mujer, que compagina a diario su papel de directora y locutora con su labor de madre. La programación de la "primera radio de divorciadas del mundo", como se anuncia en la red, incluye programas en los que las mujeres pueden contar su historia o espacios como "Tu hijo: cómo criarlo", donde un especialista explica cómo educar a un hijo tras el divorcio de sus progenitores.
Hay también espacios para prevenir la separación como "Antes de decir que quiero el divorcio", en el que se plantean soluciones a los problemas conyugales sin recurrir a una ruptura, y programas conducidos por hombres que aportan una perspectiva masculina.
Además de las llamadas en directo, los oyentes entran en contacto con Saber a través del correo electrónico o el 'facebook'. "Son hombres y mujeres que me hacen consultas sobre el proceso de divorcio o sobre otros aspectos de la vida matrimonial", añade.
La idea de llevar a las ondas la travesía que muchas mujeres deben recorrer para lograr la separación ha provocado, según Saber, que algunos la miren como una mujer "valiente y sin miedo" y otros la critiquen por "ir demasiado lejos".
Aun así, considera que la percepción sobre las mujeres que piden el divorcio cambia en una sociedad conservadora como la egipcia: "Lo intuyo por la opinión que la gente da en la radio y por los mensajes que me llegan a través del 'blog'".
En 2008, hubo más de 80.000 divorcios en Egipto, según la agencia egipcia de estadísticas. El islam, en el que está basada la ley egipcia sobre divorcio, permite que un hombre pueda divorciarse de su mujer con decir "yo te repudio" tres veces pero, en el caso de las mujeres, es un calvario de pleitos judiciales.
La ley establece que el marido puede volver a reclamarla cuando él quiera y solo la tercera vez que la repudie puede la mujer considerarse definitivamente separada, aunque deberá esperar un año para volver a casarse con otro hombre. La organización Human Rights Watch publicó en 2004 un informe en el que denunciaba esta situación que, según afirma ahora la autora del documento Heba Morayed, no ha cambiado.
Si es la esposa quien decide emprender el proceso de divorcio, la vía más rápida ("jul") supone renunciar a la pensión alimenticia, a la herencia y devolver la dote que el marido pagó. Esta vía deja a la mujer en total indefensión, pues incluso la casa familiar es siempre para el marido, aunque sea la madre la que disponga de la custodia de los hijos.
Como esta vía implica enormes gastos, queda fuera del alcance de la mayoría de egipcias, que optan por el "divorcio de ofensas", en el que deben demostrar uno de estos cuatro casos: que el marido padece una enfermedad mental o incurable, incluida la impotencia; que no mantiene a la familia; que está preso o huido o que "daña" física o mentalmente a su mujer.
Fuente: EFE
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