Mejorar el sistema de justicia, conseguir la igualdad real entre hombres y mujeres y alcanzar oportunidades sociales y políticas inclusivas son las principales apuestas de los colectivos que desde Argelia luchan por los derechos de las mujeres. Faïka Medjahed, responsable del servicio de mujer, en el Instituto Nacional de la Salud Pública Argelina; Zohra Ounas, fundadora y miembro de la directiva de la Asociación AFEPEC; y Semhane Khelil, miembro del equipo de Solidaridad Internacional en Argelia son el ejemplo de que a través de la sensibilización, el asociacionismo y la participación, las mujeres pueden hacer la fuerza necesaria para reivindicar sus derechos y construir otra sociedad.
Las tres visitan España invitadas por Solidaridad Internacional para intercambiar experiencias sobre participación política y social de las mujeres y para acercarnos la realidad de Argelia. Un país en el que durante los años 90 (década en que más de 60.000 personas murieron víctimas de la violencia en Argelia) defender la igualdad entre sexos convertía a las activistas en heroínas.
“La Constitución argelina garantiza la igualdad de sexos, pero en la vida diaria vemos que nuestras salidas laborales y nuestras opciones de participación siguen estando muy limitadas", explica Zohra. “La educación básica está asegurada. Incluso hay muchas mujeres que tienen carreras universitarias en Argelia, pero el siguiente paso, el acceso al mundo laboral para las mujeres es muy difícil, hay que hacer frente a muchas injusticias, barreras burocráticas y discriminaciones”, añade.
A través de sus entidades impulsan campañas para promover la participación y el asociacionismo. “Son las mujeres las que por propia iniciativa deciden participar y reivindicar sus derechos. Y no sólo participan en asociaciones de mujeres o feministas, también hay mucha presencia femenina en asociaciones culturales, de desarrollo comunitario, de defensa de los derechos humanos”, explica Semhane. “Participan de forma muy productiva y no consideran la participación ‘una cuestión de hombres’”, añade.
"Llevamos a cabo seminarios para las mujeres, organizamos actividades y talleres formativos y también tenemos centros de escucha para acompañar a las mujeres que comparten con nosotras problemas específicos, sobre todo, relacionados con la discriminación, así como con el acoso sexual y psicológico", explica Zohra.
Un hito a conseguir por las mujeres argelinas sería poder hablar con normalidad de nuestros traumas. Vivimos una guerra de independencia muy cruenta, y también otras guerras y desastres como inundaciones, terremotos y situaciones muy angustiosas y parece que no podemos hablar de ello, como si fuera un tabú”, comenta Faïka. “Parece que aún tememos expresarnos. Tenemos que hablar e intentar superar estos traumas que todas hemos padecido. Confesar que nos sentimos discriminadas, por ejemplo, no ocultar nuestra situación”, añade.
Para Zohra otro de los retos de las mujeres argelinas es seguir en el camino que han empezado a crear, desmontando roles y pisando fuerte en el mundo laboral. “Ya hay mujeres conductoras de taxis, de autobuses, de trenes, carpinteras, mecánicas, artistas, ingenieras, empresarias… Tenemos que seguir así demostrando que nos podemos imponer y tener éxito”, explica.
Información de: Canal Solidario
Texto: Aida Sánchez
Las tres visitan España invitadas por Solidaridad Internacional para intercambiar experiencias sobre participación política y social de las mujeres y para acercarnos la realidad de Argelia. Un país en el que durante los años 90 (década en que más de 60.000 personas murieron víctimas de la violencia en Argelia) defender la igualdad entre sexos convertía a las activistas en heroínas.
“La Constitución argelina garantiza la igualdad de sexos, pero en la vida diaria vemos que nuestras salidas laborales y nuestras opciones de participación siguen estando muy limitadas", explica Zohra. “La educación básica está asegurada. Incluso hay muchas mujeres que tienen carreras universitarias en Argelia, pero el siguiente paso, el acceso al mundo laboral para las mujeres es muy difícil, hay que hacer frente a muchas injusticias, barreras burocráticas y discriminaciones”, añade.
A través de sus entidades impulsan campañas para promover la participación y el asociacionismo. “Son las mujeres las que por propia iniciativa deciden participar y reivindicar sus derechos. Y no sólo participan en asociaciones de mujeres o feministas, también hay mucha presencia femenina en asociaciones culturales, de desarrollo comunitario, de defensa de los derechos humanos”, explica Semhane. “Participan de forma muy productiva y no consideran la participación ‘una cuestión de hombres’”, añade.
"Llevamos a cabo seminarios para las mujeres, organizamos actividades y talleres formativos y también tenemos centros de escucha para acompañar a las mujeres que comparten con nosotras problemas específicos, sobre todo, relacionados con la discriminación, así como con el acoso sexual y psicológico", explica Zohra.
Un hito a conseguir por las mujeres argelinas sería poder hablar con normalidad de nuestros traumas. Vivimos una guerra de independencia muy cruenta, y también otras guerras y desastres como inundaciones, terremotos y situaciones muy angustiosas y parece que no podemos hablar de ello, como si fuera un tabú”, comenta Faïka. “Parece que aún tememos expresarnos. Tenemos que hablar e intentar superar estos traumas que todas hemos padecido. Confesar que nos sentimos discriminadas, por ejemplo, no ocultar nuestra situación”, añade.
Para Zohra otro de los retos de las mujeres argelinas es seguir en el camino que han empezado a crear, desmontando roles y pisando fuerte en el mundo laboral. “Ya hay mujeres conductoras de taxis, de autobuses, de trenes, carpinteras, mecánicas, artistas, ingenieras, empresarias… Tenemos que seguir así demostrando que nos podemos imponer y tener éxito”, explica.
Información de: Canal Solidario
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