Probablemente, la diva del pop Madonna no contaba con que su intento de adoptar otro niño del pequeño estado africano de Malawi terminaría en fracaso: casi un año después de la adopción del pequeño David Banda, el magistrado del Tribunal Supremo de la capital Lilongwe, Esimy Chombo, denegó la solicitud de adopción del pequeño medio huérfano de 4 años Chifundo 'Mercy' James.
Su justificación: como madre soltera que vive fuera del país, la cantante no cumple los requisitos de la ley de Malawi. En el país africano, grupos defensores de los derechos humanos hablan de un éxito del estado de derecho y esperan que se elabore ahora una ley vinculante.
Sin embargo, no está claro si Madonna recurrirá la sentencia o no. Hace menos de un año fue declarada madre adoptiva de David por el mismo tribunal, tras un periodo de prueba de 18 meses. En esa ocasión se le concedió la custodia junto con su entonces compañero sentimental Guy Ritchie, del que ahora está separada.
La cantante voló el domingo en jet privado al pobre país del sudeste de África acompañada de su pequeño de 3 años y de sus hijas Lourdes, de 12 años, y Rocco, de 8. Allí no solo visitó la fundación Raising Malawi, que ella misma fundó en 2006 y que da apoyo a unos 8.000 huérfanos, sino también tuvo contacto con Mercy James.
La madre soltera de Mercy James murió tras dar a luz con 18 años, y su padre apenas tiene contacto con el niño. Su abuela lo entregó a una casas para huérfanos, en un caso casi típico en el país, especialmente afectado por una epidemia de sida, donde se calcula que un millón de niños se quedaron huérfanos a causa de la enfermedad.
Como en muchas otras partes del continente, son con frecuencia las abuelas las que asumen el cuidado de sus nietos tras la muerte de sus hijos y muchas se ven superadas por la situación.
El intento de adopción de Madonna lanzó la pregunta de qué alternativa sería la mejor para el interés del niño: vivir sin perspectivas reales en el entorno nacional o hacerlo en un mundo extraño con unos padres adoptivos ricos que podrían ofrecerle nuevas oportunidades.
En Sudáfrica hubo un debate de radio público sobre la cuestión pocas horas antes de darse a conocer la sentencia, en el que incluso participó Gail Johnson, la madre adoptiva del pequeño Nkosi Johnson, enfermo de sida que se dio a conocer en todo el mundo con su discruso ante la prensa internacional durante una cumbre en Durban sobre la enfermedad.
El debate se centró en cuál de las opciones era mejor: si una adopción o la vida en un orfanato. El malestar era latente en Malawi, donde se acusa a Madonna de utilizar su estatus de estrella internacional para evitar someterse a la ley adoptiva del país, que en realidad no contempla adopción de niños por parte de extranjeros.
Además, según sus críticos, para intentar adoptar al niño Madonna escogió un momento en que el Parlamento no puede reaccionar porque se encuentra disuelto de cara a las elecciones que tendrán lugar en mayo.
Para Madonna se presenta ahora un dilema: el icono del pop declaró en una entrevista que actuaría solo con el apoyo del país y de su gobierno, por lo que un recurso sería un claro cambio de opinión. Hasta el momento se defendió contra las críticas alegando la necesidad que existe en África: el continente se encuentra en una situación de emergencia y necesita personas que acojan a la generación más joven.
Sin embargo, defensores de los derechos humanos hablan incluso de un 'efecto Madonna' que podría impulsar a otros famosos a adoptar niños de países pobres.
Su justificación: como madre soltera que vive fuera del país, la cantante no cumple los requisitos de la ley de Malawi. En el país africano, grupos defensores de los derechos humanos hablan de un éxito del estado de derecho y esperan que se elabore ahora una ley vinculante.
Sin embargo, no está claro si Madonna recurrirá la sentencia o no. Hace menos de un año fue declarada madre adoptiva de David por el mismo tribunal, tras un periodo de prueba de 18 meses. En esa ocasión se le concedió la custodia junto con su entonces compañero sentimental Guy Ritchie, del que ahora está separada.
La cantante voló el domingo en jet privado al pobre país del sudeste de África acompañada de su pequeño de 3 años y de sus hijas Lourdes, de 12 años, y Rocco, de 8. Allí no solo visitó la fundación Raising Malawi, que ella misma fundó en 2006 y que da apoyo a unos 8.000 huérfanos, sino también tuvo contacto con Mercy James.
La madre soltera de Mercy James murió tras dar a luz con 18 años, y su padre apenas tiene contacto con el niño. Su abuela lo entregó a una casas para huérfanos, en un caso casi típico en el país, especialmente afectado por una epidemia de sida, donde se calcula que un millón de niños se quedaron huérfanos a causa de la enfermedad.
Como en muchas otras partes del continente, son con frecuencia las abuelas las que asumen el cuidado de sus nietos tras la muerte de sus hijos y muchas se ven superadas por la situación.
El intento de adopción de Madonna lanzó la pregunta de qué alternativa sería la mejor para el interés del niño: vivir sin perspectivas reales en el entorno nacional o hacerlo en un mundo extraño con unos padres adoptivos ricos que podrían ofrecerle nuevas oportunidades.
En Sudáfrica hubo un debate de radio público sobre la cuestión pocas horas antes de darse a conocer la sentencia, en el que incluso participó Gail Johnson, la madre adoptiva del pequeño Nkosi Johnson, enfermo de sida que se dio a conocer en todo el mundo con su discruso ante la prensa internacional durante una cumbre en Durban sobre la enfermedad.
El debate se centró en cuál de las opciones era mejor: si una adopción o la vida en un orfanato. El malestar era latente en Malawi, donde se acusa a Madonna de utilizar su estatus de estrella internacional para evitar someterse a la ley adoptiva del país, que en realidad no contempla adopción de niños por parte de extranjeros.
Además, según sus críticos, para intentar adoptar al niño Madonna escogió un momento en que el Parlamento no puede reaccionar porque se encuentra disuelto de cara a las elecciones que tendrán lugar en mayo.
Para Madonna se presenta ahora un dilema: el icono del pop declaró en una entrevista que actuaría solo con el apoyo del país y de su gobierno, por lo que un recurso sería un claro cambio de opinión. Hasta el momento se defendió contra las críticas alegando la necesidad que existe en África: el continente se encuentra en una situación de emergencia y necesita personas que acojan a la generación más joven.
Sin embargo, defensores de los derechos humanos hablan incluso de un 'efecto Madonna' que podría impulsar a otros famosos a adoptar niños de países pobres.
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