Foto: Carlos Pardos con unos niños de Gambia
Gambia y Senegal se hallan en el Sahel, una región semidesértica o de sabana que forma una franja ancha a lo largo de África entre el desierto del Sahara al norte y los países arbolados del sur. Gambia, con solamente 11.300 kilómetros cuadrados, es el país más pequeño de África y se halla completamente rodeado por Senegal, con la excepción de un litoral de 80 kilómetros.
El territorio del país, y toda su existencia, depende del río Gambia, que desemboca en el océano Atlántico. En el lado sur de su desembocadura se encuentra su capital, Banjul. En la costa atlántica están las ciudades turísticas de Bakau, Fajara, Kotu y Kololi. Río arriba hay muchas más localidades, pero las únicas con un tamaño reseñable son Farafenni, Georgetown (Jangjang-Bureh) y Basse Santa Su.
El territorio del país, y toda su existencia, depende del río Gambia, que desemboca en el océano Atlántico. En el lado sur de su desembocadura se encuentra su capital, Banjul. En la costa atlántica están las ciudades turísticas de Bakau, Fajara, Kotu y Kololi. Río arriba hay muchas más localidades, pero las únicas con un tamaño reseñable son Farafenni, Georgetown (Jangjang-Bureh) y Basse Santa Su.
La mayoría de sus visitantes se dirige hacia los 80 kilómetros de costa, donde se concentra la mayor parte de la industria turística, y a los parques nacionales del interior como el Baobolong Wetland Reserve y el Kiang West. Gambia es un lugar ideal para la observación de aves. Su diversidad ornitológica es muy importante, se han registrado más de 560 especies (proporción muy importante si se compara con el diminuto tamaño del país). Por esta razón atrae a gran número de ornitólogos cada año.
Pero Gambia es uno de los países más pobres del continente negro. Logró su independencia del Imperio Británico en 1965. Con una población de 1,6 millones de habitantes (2006) y carente de recursos económicos importantes, su Producto Interior Bruto por habitante es de unos 1.900 dólares (2006). El idioma oficial es el inglés. La esperanza de vida es de 54 años. El promedio de hijos por mujer es de 5,20. Menos del 50% de la población está alfabetizada.
No posee yacimientos minerales de importancia ni otros recursos naturales. Su economía se basa en los productos agrícolas y la ganadería para consumo interno del que depende el 75% de la población. También es fuente de ingreso la emisión de sellos postales destinados principalmente al coleccionismo filatélico. La industria se centra en la transformación de productos agrícolas (cacahuete) y de pescado. El turismo fue una importante fuente de ingresos hasta el 2000, donde se produjo una reducción. Su actividad depende fundamentalmente de las ayudas al desarrollo del Fondo Monetario Internacional y las de emergencia de los países desarrollados. Las expectativas futuras del Banco Mundial, tras la condonación parcial de la deuda externa en 2005, son positivas Wassu Gambia Kafo (WGK) es una ONG, integrada por profesionales de diferentes ámbitos, que ha tomado contacto sobre el terreno con personal sanitario y autoridades del país africano, y que tiene como objetivo, entre otros, cooperar en el desarrollo de sus programas de salud. En este marco, recientemente, sanitarios de diversas especialidades han creado el grupo de trabajo "Doctors 4 Gambia" (D4G), con la intención de colaborar con la Facultad de Medicina de la Universidad de Gambia para la formación de profesionales del propio país.
Esta iniciativa formativa surgió tras un viaje organizado por la ONG a Senegal y Gambia en enero de 2009, que perseguía tanto la aproximación a los expertos etnográficos y sociosanitarios de esta región, como a temas de cooperación y co-desarrollo. Esta experiencia permitió a los asistentes conocer de primera mano la estructura del Sistema Nacional de Salud Gambiano.
Entre los integrantes de la iniciativa, se encontraba el pediatra zaragozano afincado en Huesca, desde hace ya 24 años, Carlos Pardos (Centro de Salud del Perpetuo Socorro). "Adriana Kaplan, antropóloga y presidenta de la ONG WGK, a la cual conocí en octubre del pasado año cuando vino a dar una conferencia a Huesca, organizó un viaje para profesionales sanitarios, con el fin de que conocieran en qué situación vive la población subsahariana, para entenderla y poder, de esta manera, trabajar mejor con ella", explica el pediatra. "Era una invitación a descubrir su realidad, sus necesidades, sus migraciones, su pobreza y su riqueza. Una invitación al conocimiento y a la solidaridad. Como ella dice, no emigran los continentes ni los colores, sino las personas y las cultura. En el Centro de Salud del Perpetuo Socorro atendemos a muchos pacientes de origen gambiano. Era una oportunidad que no podía dejar pasar de largo".
En la región de Senegambia, los sanitarios españoles encontraron un sistema público de salud en el que primaba la escasez de recursos humanos, basado prácticamente en la cooperación internacional. Apenas hay profesionales nativos y eso motivó, en el seno de la ONG WGK, el nacimiento de "Doctors 4 Gambia", que se planteó la necesidad de buscar fórmulas de cooperación con la Facultad de Medicina de la Universidad del país africano para formar médicos gambianos. En un segundo plano, pero también entre sus finalidades, el grupo quiere promover la cooperación internacional entre los estudiantes de medicina españoles.
Todo este proyecto de cooperación se estructura en dos actividades: la donación de material bibliográfico para las distintas unidades docentes de la Facultad de Medicina y la creación de becas para el pago de la matrícula universitaria a los alumnos gambianos sin recursos, para lo cual se aboga por involucrar a estudiantes españoles.
Cooperación
El panorama sanitario no escapa a esta realidad de penurias, a pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años por su gobierno y la cooperación internacional. A la mayoría de la población le falta una educación sanitaria adecuada y todavía mantiene creencias populares que le llevan a pedir el consejo de los curanderos ante una enfermedad, frente al uso de la medicina convencional. En época de lluvias, la malaria es una enfermedad muy común, y la malnutrición infantil no es infrecuente. Las neumonías, la tuberculosis, y otras infecciones respiratorias son otro grave problema de salud y, en el tiempo de la recogida de mango, son habituales los accidentes.
Doce sanitarios–entre ellos el pediatra oscense-, una bióloga y la antropóloga Adriana Kaplan, con la ayuda logística de su hijo, iniciaron un recorrido por el país en un pequeño autobús, acompañados por la embajadora de Venezuela, que aprovechó el viaje del grupo de colaboradores españoles al interior del país para también ella conocer de primera mano sus necesidades reales. Pudieron comprobar in situ que los recursos materiales son escasos.
Hospital de Farafenni (Gambia)
Tan sólo hay tres hospitales en el país y algunos dispensarios. La dotación de medicamentos y otros bienes sanitarios depende en buena medida de la cooperación internacional. "La situación de los dispensarios y hospitales es precaria -explica Carlos Pardos-. Casi todos los recursos llegan a través de las ONG. El Gobierno no tiene dinero. Faltaban cosas elementales. Por ejemplo, en uno de los hospitales que visitamos nos comentó el cirujano que, durante esos días, no podían operar por falta de suturas. En ocasiones se quedan sin determinados antibióticos. Allí no es que haya tres camas en una habitación; en época de malaria, hay tres niños en cada cama. Pero, por suerte, lo que nunca falta es el tratamiento para la malaria, porque la OMS (Organización Mundial de la Salud) se encarga de enviarlo con regularidad". Los centros reciben también donaciones de material de hospitales de diversos países del mundo que se van quedando anticuados, pero que funcionan, como ecógrafos o incubadoras. Sin embargo, los cambios de tensión y, en general, el deficiente sistema eléctrico de Gambia terminan por estropearlos. Por eso, no es tan raro ver en los pasillos de los hospitales aparatos inservibles acumulados.
"Con frecuencia están varias horas al día sin corriente eléctrica y tienen que servirse de generadores –señala Pardos-. Las incubadoras que mejor funcionan allí son las que fabrican ellos mismos con madera y unas bombillas. Es bueno conocer lo que realmente necesitan; posiblemente se beneficien más de suturas que de una súper incubadora". Por eso, añade, es tan importante la labor de las ONG sobre el terreno, porque "ven allí lo que se precisa, cuánto se precisa, se encargan de entregárselo a quien deben y controlan que se utilice en el lugar adecuado en lugar de que se venda en un mercado negro".
Pero, de entre todos los déficits que acechan la sanidad de Gambia, pronto descubrieron que uno de los problemas más acuciantes de esta grave situación es la escasez de recursos humanos. Tradicionalmente, el Sistema de Salud Público de Gambia ha estado formado por enfermeros y comadronas autóctonos, y el Gobierno ha contratado a menos de veinte sanitarios para atender las necesidades de toda la población. Desde 1991, la cooperación cubana, con financiación del Gobierno de Taiwán, aporta en torno a 150 médicos para completar los 170 que configuran el Sistema de Salud de Gambia. Así, más del 90 por ciento de sus médicos es proporcionado por la cooperación internacional. La mayoría son cubanos, pero del restante 10 por ciento no hay ninguno de nacionalidad gambiana. Esta ayuda internacional propició que, en los últimos años, haya disminuido mucho la mortalidad infantil. Pero los médicos cubanos no suelen quedarse permanentemente en Gambia. Tras trabajar un par de años suelen retornar a su país. Durante los seis primeros meses, son destinados al hospital o al dispensario más alejado de la capital y poco a poco se acercan a ella. Por su parte, los facultativos gambianos que se forman fuera ya no regresan.
Hospital de Bansang
Para crear un cuerpo de médicos autóctonos que pudiera vertebrar un Sistema de Salud propio, en 1999 la cooperación cubana decidió crear la Facultad de Medicina de la Universidad de Gambia. Su sede se encuentra en Banjul y dispone de una unidad docente adscrita al Royal Victoria Teaching Hospital, así como cuatro unidades docentes distribuidas a lo largo del país (los hospitales de Farafenni y Bansang y los dispensarios mayores de Basse y Bwiam). Las primeras promociones que han salido de esta Facultad se encuentran realizando distintas especialidades médicas fuera del país.
Desde marzo del 2008, se instauró, además, un nuevo modelo basado en el programa de Formación de Médicos en las Comunidades, de tal manera que los estudiantes seleccionados son originarios de la zona que corresponde a cada uno de los escenarios docentes. A cada alumno, que recibe instrucción teórica y práctica en su propia comunidad, se le asigna un tutor, que es el encargado de orientarle y evaluarle. Al finalizar la formación, el nuevo sanitario se compromete a permanecer allí y trabajar, al menos, durante cinco años. La primera promoción comenzó en el 2008.
Actualmente, cada curso reúne a 45 alumnos que, para acceder a la Facultad de Medicina, además de superar los cursos previos de educación primaria y secundaria, han de aprobar un examen de acceso.
Pero los estudios de Medicina no son gratuitos durante el primer año. El coste de la matrícula corre a cargo del propio alumno y su entorno familiar. Los restantes cursos académicos los asume el Estado, que aporta también las condiciones materiales básicas para el programa, como las aulas, los ordenadores, una conexión a internet y equipos reproductores de video, así como generadores eléctricos. La misión médica cubana, por su parte, proporciona el cuerpo de profesores, el Programa de Estudios y los materiales docentes en formato digital.
A pesar de todo este esfuerzo, todavía hay algunas carencias que dificultan el desarrollo de este proyecto, entre las que destacan la falta de libros entre los estudiantes y la imposibilidad de algunos alumnos de acceder a los estudios, por no disponer del dinero necesario para financiar el primer año de matrícula. "Hay jóvenes muy buenos, con muy buenas notas, pero no pueden acceder a la Facultad porque el primer año se lo tienen que costear ellos y no tienen los aproximadamente 250 euros que cuesta la matricula. A partir del segundo, es el Gobierno gambiano, a través de la Universidad, el que sustenta los estudios –comenta Carlos Pardos-. Pensamos que no es justo que un joven que sea válido intelectualmente y tenga vocación se quede fuera por motivos económicos".
Por eso, para contribuir a la formación de médicos gambianos y desarrollar una conciencia que fomente la cooperación internacional entre los estudiantes de las Facultades de Medicina de Zaragoza (iniciando con la sede de Huesca), Alcalá de Henares y Salamanca, el grupo de trabajo "Doctors 4 Gambia" va a desarrollar unas actividades dirigidas tanto a la adquisición de material docente para la Facultad de Medicina de la Universidad de Gambia como al establecimiento de vínculos entre los estudiantes de Medicina gambianos y los estudiantes de Medicina españoles.
Texto: Mirian Martínez
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2 comentarios:
¡Hola Fátima! Tienes un blog precioso en todos los sentidos. El diseño es precioso, poero más bonito es lo que haces con la información que nos proporcionas sobre toda la gente que está padeciendo estas carencias. Nunca nos damos cuenta de la suerte que tenemos hasta que vemos lo que nos sobra, porque realmente, creo que ellos aunque con carencia, son más felices al fin y al cabo. Tú también tienes mi voto. No por devolvértelo. No me gustaría que pensases eso, es que tu blog, me encanta. Así que desde nuestra Galicia, el voto para Corazones africanos. Si no te molesta, te enlazo en mis blogs. ¡Besiños! ;)
Me parece que nadie mejor que tú y tu blog merecen algún premio. En uno de mis blogs, tengo uno humilde para tí y tu blog, pero te lo doy con mucha convicción. Si quieres recogerlo, pásate por Mi rincón de Ocio. ¡Besiños!
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