Antes de que existiera esta pasta de cacahuete, las familias no podían tratar la malnutrición de sus hijos sin ir a un centro de alimentación terapéutica. Ahora, una vez establecido el estado nutricional del niño, cualquier adulto puede darle las cantidades de Plumpy Nut necesarias para reestablecer su salud. Esta sencillez de uso supone un enorme avance en la lucha contra la malnutrición infantil
Lo más revolucionario del Plumpy Nut, producido por la empresa Nutriset, es precisamente su sencillez de uso y que no necesita una supervisión especial del tratamiento nutricional, lo que reduce considerablemente los gastos en los servicios de alimentación terapéutica. Además
- Es muy difícil comer más de la cantidad necesaria y se conserva bien una vez abierto, aún a temperatura ambiente.
- Sin abrir tiene una caducidad de dos años.
- Cualquier adulto puede administrárselo a un niño malnutrido, sin necesidad de tener conocimientos especiales, como ocurre con las fórmulas terapéuticas que se disuelven en agua.
- Los costes del Plumpy Nut son similares a los de la leche terapéutica, pero son más fáciles de transportar y ocupan menos espacio de almacenamiento.
La malnutrición es tratada frecuentemente con leches terapéuticas en polvo (como la Fórmula F-75 o Fórmula F-100). Estos productos deben ser preparados con agua potable y respetando unas normas higiénicas que no siempre se dan en los hogares de los niños y niñas con malnutrición. Esto complica su uso cotidiano y obliga a las familias a acudir a los centros de alimentación terapéutica para que sus hijos reciban tratamiento de personal médico cualificado.
Por el contrario el Plumpy'Nut no necesita mezclarse con agua, pertenece a los productos llamados RUTF (siglas en inglés para "alimento terapéutico listo para usar"). Sólo hay que abrir una esquinita del paquete y esperar a que el niño se lo coma. Es más barato que las antiguas fórmulas lácteas (el tratamiento completo en África de un niño durante dos semanas cuesta unos 12 euros) y puede almacenarse durante dos años sin que pierda sus propiedades. La madre sólo tiene que ir una vez por semana a recoger sus saquitos, controlar en casa que el hijo coma dos al día (lo hará con sumo gusto) y verlo engordar. El tratamiento se realiza en casa, permitiendo que la madre continúe con sus labores habituales y liberando recursos en los hospitales para ocuparse de los niños más enfermos
Si quieres saber más:
"Un milagro contra el hambre, Plumpy Nut"
"El saquito salva vidas"
2 comentarios:
Hola Fátima:
Lo primero que quería hacer es disculparme por mi tardanza en publicar la entrada del premio que me otorgaste la semana pasada. Ahora ando liada con un pedido para una boda y de ahi mi retraso.
Te agradezco mucho el que hayas pensado en esta humilde iniciativa.
También aprovecho para pasarme por tu blog que... me ha encantado!!!!!! tengo que leerlo despacito porque no sólo el blog sino todos los enlaces que tienes me encantan.
Un abrazo Fátima, si no te importa te paso a mi lista de blogs favoritos para irte leyendo.
Un abrazo fuerte y gracias otra vez.
Hola Susana me alegra que te haya gustado mi blog. Tu premio es bien merecido eso está claro. Hay que reconocer el esfuerzo de cada uno de los que aportan su granito para ayudar a los demás.
Bicos
Fátima
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