Las guerras, los conflictos y la escasez de recursos han obligado a 42 millones de personas de todo el mundo a abandonar sus hogares en su propio país o a emprender el exilio, según datos del Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU (ACNUR). En Sudán por ejemplo, más de 419.000 personas viven desplazadas.
La niña que aparece en esta fotografía espera ser atendida en un hospital de Médicos Sin Fronteras en la localidad de Nasir, en el sudeste de Sudán.
Nyakama Jock, de 14 años, pertenece a los nuer, una etnia africana que vive de la ganadería y que se ha visto especialmente afectada por la violencia tribal. A pesar de su corta edad, su mirada delata las duras condiciones de vida a las que se encuentra sometida. Nyakama está siendo atendida en el mencionado hospital a causa de un disparo de bala en el brazo derecho.
Nyachoat Chuol, de 10 años, tuvo que ser escayolada tras recibir un disparo en su pie. Los enfrentamientos entre los grupos étnicos se han recrudecido en los últimos días en el país africano. A la violencia del día a día se suman las precarias condiciones de salud y las escasas instituciones sanitarias del país. Médicos sin Fronteras lucha por mantener los servicios de atención primaria e intenta reforzar los de atención secundaria.
Pero si algo preocupa en Sudán, son las epidemias. En el país, que lleva más de 20 años de enfrentamientos, las enfermedades mortales y los brotes de cólera y meningitis son muy habituales. También la tuberculosis. Hasta el punto de que en la clínica de Médicos sin Fronteras hay un zona habilitada para estos enfermos conocida como 'Tuberculosis Village'.
Esta mujer es otra de las pacientes ingresadas en la 'Tuberculosis Village'. La tuberculosis es junto con la malaria una de las enfermedades más mortales del continente africano, especialmente en esta zona de Sudán.
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